¡Jesús, amigo nuestro!
Al empezar el nuevo años escolar te saludamos.
Simplemente por poder abrir los ojos y contemplar la vida.
Te damos gracias por los padres y hermanos,
por los amigos y amigas,
por los compañeros y compañeras
y por la luz que nos ilumina,
por los maestros que nos enseñan.
Gracias por poder respirar, movernos, caminar, jugar.
Porque nos has dado un corazón
que sabe amar y tener buenos sentimientos.
Gracias, por la escuela y por todos los educadores
que gastarán su vida por nosotros.
Te pedimos
que sepamos aprovechar todos los momentos de este curso
y crezcamos en sabiduría y amor, como Tú hacías.
Que el recuerdo de tantos niños y niñas
abandonados por las calles, enfermos y sin escuela,
nos haga ser más responsables.
Y Tú, María de Nazaret, madre de Jesús y madre nuestra,
protégenos de todo mal. Amen.
Padre nuestro
Ave María.